sábado, noviembre 28

Para empezar

¿Qué más da? Si no escribo voy a explotar.
No sé bien como empezar a contar mi historia, que empezó como un cuento de hadas y hoy en día ya es un culebrón mexicano!.

Entonces para empezar, empiezo por el principio. Ahí vamos.

Soy Vilibi. Tengo 25 años. Nací en Caballito, me crié en Caballito, fui a una escuela de Caballito y allí es donde tengo a Maité, Pri y Luana, las hermanas que elegí porque la vida no me dio la oportunidad de tener una de mi sangre. Soy hija de Pedro y Dolores, hija única con todo lo que eso implica...

Estudié en una Universidad privada muy cara (pagada por mis padres) y me recibí ()con muy buenas notas. Actualmente trabajo en una agencia de turismo que se encarga de organizar viajes personalizados a aquellos que pueden abonarlos. Amo los idiomas y hablo perfecto inglés (sí, escuela bilingue...), toda la vida hice danzas, estudié un año piano, competí en natación, viví 6 meses en Aspen, viajé por muchos lugares, jugué hockey y asistí a clases de francés. Toda una señorita. Pero lo que siempre, siempre me gustó, fue escribir y leer poesía.

Siempre fui perfecta ante los ojos de mis progenitores, de los abuelos, de los amigos de la familia, de los papás de mis amigas y de Juani, mi novio desde marzo 2006.
Juan es perfecto. PERFECTO. Morocho, ojos claros y dulces, sonrisa brillante, alto. Está a punto de recibirse, trabaja en un estudio de arquitectura y maneja su auto. Es prolijo, meticuloso, obsesivo con buscar la optimización de cada aspecto de la vida. De la suya y de la mía.

Desde afuera sigo siendo la hija ejemplar, la nuera que toda suegra anhela, la empleada que todo jefe requiere.

Pero no, las apariencias engañan y no todo lo que reluce es oro...

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